India Martínez es una artista con un encanto especial. Su manera de interpretar encandila en distancias cortas y prende en grandes audiencias, y ha hecho de ella una artista rebosante de feminidad, talento y misterio. Da igual que se enfrente a un álbum en el que recopile una selección de versiones como en Otras verdades (2012), que se entregue a su faceta como compositora como en Camino de la buena suerte (2013), o que una su voz a la de 15 grandes artistas como en su nuevo trabajo, Dual. India siempre es esa voz arrebatadora y ese cóctel esencialmente flamenco y pop que la han catapultado como una artista esencial.
Dual es el sexto disco de una artista que nació en Córdoba. A los12 años apareció en Veo Veo, el programa de televisión de Teresa Rabal, y quedó finalista. En aquellos años comenzó a estudiar guitarra clásica y solfeo mientras participaba en festivales flamencos ganando algunos primeros premios. Fue después cuando comenzó su interés por otras culturas musicales. “Grabé mi primer disco a los 17 años, pero entonces aún no había asumido esas influencias”, afirma, en referencia a Azulejos de lunares, publicado en 2004.
En 2008 lanzó su segundo álbum, Despertar. “Y ahí comencé a dejar tintes de mis ideas de fusión de diferentes músicas. Participé en letras, en melodías”, dice India. El disco fue nominado a dos Grammy Latinos (Mejor Nuevo Artista y Mejor Ingeniería de Grabación) y “fue un chute de energía, de apoyo”, dice India.
Reforzada, India continuó su búsqueda. “Era cuestión de descubrir nuevas fórmulas, un sistema de trabajo diferente”, relata. “Necesitaba un periodo de limpieza, encontrarme a mí misma. Y rompí con todo, me fui a Madrid a vivir sola, a estudiar armonía, piano, guitarra acústica, canto, interpretación, baile flamenco, danza del vientre, contemporáneo… Cuatro horas de cada asignatura a la semana. Me dediqué a estudiar, a estudiarme, a mi música, a reinventarme”. Fue un momento clave: “Ahora todo gira en torno a lo que realmente soy. Sentir cada palabra, cada frase de una canción, alcanzar el poder de transmitir”.
En 2012 logró su primer Disco de Oro con Trece verdades, que estuvo durante 48 semanas en la lista de los más vendidos en España. Es un álbum que India entiende como una mezcla de culturas y de músicas del mundo. “La hindú, la árabe, el flamenco… No quiero que tenga ninguna frontera”, afirmó. Qué mejor ejemplo que Vencer al amor, una canción que mezcla la raíz y lo contemporáneo en una fusión diferente.
Si en Otras verdades cedió el testigo de la composición para entregarse plenamente a la interpretación, India realizó el camino inverso en Camino de la buena suerte, un álbum en el que la cordobesa recuperó el protagonismo como autora. Sin perder su arraigo andaluz, el álbum, que fue Disco de Oro, está impregnado de las músicas y experiencias vividas en los distintos países a los que viajó, reclamada para promocionar sus canciones. Principalmente de América, como México y Colombia.
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