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La confesión inesperada de Duki en Netflix que emocionó a sus fans

Netflix estrenó “Rockstar: Duki desde el fin del mundo”, un documental que recorre la vida, los desafíos y las conquistas del máximo referente del trap argentino. Entre recitales históricos y momentos íntimos, hay una confesión que conmovió a todos sus seguidores.
Duki en la presentación del documental “Rockstar: Duki desde el fin del mundo” en Netflix.

El fenómeno del trap argentino acaba de sumar un nuevo capítulo en su historia. Netflix estrenó recientemente “Rockstar: Duki desde el fin del mundo”, el documental que pone en primer plano la vida y la carrera de Mauro Ezequiel Lombardo Quiroga, conocido mundialmente como Duki. Con imágenes exclusivas, testimonios cercanos y un recorrido por los hitos más importantes de su trayectoria, la plataforma busca mostrar no solo al artista consagrado, sino también al joven que cargó con el peso de ser la voz de toda una generación.

El documental se estrenó el 2 de octubre de 2025 y rápidamente escaló entre los contenidos más vistos de la plataforma en Argentina. Compuesto por un único capítulo de larga duración, funciona como una película documental que concentra en poco más de hora y media los distintos ángulos del fenómeno Duki. La producción cuenta con testimonios de figuras cercanas al músico, integrantes de su equipo, colegas de la escena urbana y familiares que ayudan a dibujar un retrato completo de su ascenso.

Un recorrido desde el under a los grandes estadios

La narración de Rockstar propone un viaje en el tiempo: desde las primeras batallas de freestyle en la Plaza de Mayo y el Quinto Escalón, donde un adolescente tímido empezaba a hacerse notar, hasta la consagración en escenarios gigantescos como el Estadio Monumental de River Plate y el Santiago Bernabéu en Madrid.
Duki cantando en vivo durante un show en River, escena incluida en el documental de Netflix.
Lejos de quedarse en la superficie, el documental busca mostrar las luces y las sombras que atravesaron a Duki en ese camino. Se lo ve lidiando con la exposición mediática, con las críticas, con los miedos internos y con el desafío constante de superarse como músico en un género que él mismo ayudó a consolidar en Latinoamérica.

En paralelo, aparecen imágenes íntimas de su familia, su círculo de amigos y su equipo de trabajo. Esa cercanía es clave para entender por qué Duki dejó de ser solamente un trapero para convertirse en un ícono cultural.

Rockstar: DUKI desde el fin del mundo | Próximamente | Netflix

La construcción de un símbolo

Uno de los puntos más fuertes de Rockstar es cómo refleja la dualidad entre Mauro y Duki. Mauro es el chico de barrio, el hijo, el amigo; Duki es la estrella internacional que llena estadios y acumula millones de reproducciones en plataformas. El documental juega con esa tensión permanente: la persona detrás del personaje, y el personaje que en ocasiones parece devorar a la persona.

A través de imágenes inéditas de backstage, charlas en la intimidad y registros de los shows más imponentes de su carrera, Netflix construye un relato que muestra al trapero en su máxima vulnerabilidad y también en su mayor esplendor artístico.

Rockstar: DUKI desde el fin del mundo | Tráiler oficial | Netflix

La confesión inesperada que conmovió a todos

Entre los momentos más destacados del documental, hay uno que generó un impacto especial en los fans. En la previa de su show en el Estadio Monumental, Duki se sincera frente a su equipo en una charla cargada de emoción. Con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos, lanza una confesión que resume la presión, las dudas y la necesidad de validación que lo acompañaron en todo su recorrido artístico:

Nunca sentí esta presión. Es el momento para ganarle a todos esos fantasmas que tengo, toda esa gente que me critica, a todos esos complejos que tengo con la música, con mi carrera. Si soy buen músico o no, si sé cantar o no, si la rompo en vivo o no… Todo eso se resuelve acá. Es mi oportunidad de darme esa legitimidad.”

Ese instante, que se viralizó rápidamente en redes sociales, quedó como el momento más emotivo del documental. No solo porque revela la fragilidad detrás del ídolo, sino porque sintetiza lo que significa Duki para sus seguidores: alguien que, aun en la cima, sigue batallando contra sus propias inseguridades.