Su estilo es más el de un comprador que el de un galanazo. Ser nómade sumó a su batería de seductor cualidades como hablar en guaraní y reconocer dialectos para distinguir de dónde proviene una mujer. Hijo de un coya y una tucumana, hoy el conductor le imprime tics personales a sus conducciones, algunas de las cuales disfrutamos en Vale la pena (junto a Carla Conte) y en el regreso de uno de los clásicos de la pantalla argentina “Feliz domingo”.
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