La idea de esta obra para el público infantil, (que siempre viene acompañado por adultos, y a los dos está destinado este espectáculo), es que, con la excusa de los payasos y con mucho humor, se pueda hablar de la relación que tiene un niño con su padre y viceversa.
Con una fuerte presencia de un lenguaje musical que sirva como soporte de las rutinas por un lado y dándole apoyatura dramática a las escenas que requieren un contenido emocional por demás importante.
Un teatro despojado de aparatos, canciones, bailes, participación.
Que tenga como eje la actuación al servicio del cuento.
Un padre y su hijo que se quieren, que se miran,
que se miman, se pelean, trabajan,
se equivocan, rien, lloran, se abrazan…
quizás, y me acabo de dar cuenta,
lo que hubiera querido sea con mi padre,
o lo que fue, o lo que debió ser, no lo sé.
Dos actores. Dos valijas.
Dos vestuarios. Dos narices.
Una banda sonora importante.
Y por supuesto otros que como yo
se enamoren de esta idea.
Claudio Martinez Bel.
Personajes en escena: 2
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